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miércoles, 24 de marzo de 2010

Teorías y desteorías

Abrir una libreta nueva o llegar a la mitad de ella es algo significativo. Es una señal de que algo se va a hacer o se ha hecho y viene una segunda parte que renueve, que dinamice lo que ha pasado, que deje atrás ese pasado y lo convierta en una nueva energía. Estas son mis teorías que sirven para acariciar el alma, para animarla y ayudarla a ponerse en una sintonía que armonice con la realidad del mundo, con sus movimientos, sus adagios, pausas, “crecendos” y sus allegros. Estos tiempos como los musicales que nos han sacudido a todos de manera masiva alrededor del mundo ya sea a través de estos tenebrosos sismos, secuestros entres allegados y familiares, operativos en centros metropolitanos otrora pujantes y pacíficos acompañados de un malestar social provocado por una economía que lejos de recuperarse, se estanca en este deplorable desprogreso económico.




Vengo escuchando a Carmen Aristegui y su análisis sobre los últimos acontecimientos en Monterrey, Ciudad Juárez y otras ciudades en el norte del país. Está conversando con otro analista quien afirma que si se quiere ir en serio en esta guerra contra las empresas del narcotráfico habría que empezar por coartar su capacidad para producir, almacenar, distribuir y administrar sus productos; es decir que debe elaborarse un proyecto encabezado por los sistemas de inteligencia que derive en la incautación de propiedades y cuentas bancarias que permiten a los señores de la droga enriquecerse y aumentar su poder gracias a las ausencias en la ley que propician y favorecen la creación de empresas aparentemente legales bajo las que operan alrededor de nuestro país y que trasciende fronteras por todo el mundo.
Esto es un sueño guajiro me digo mientras la escucho. Demasiados intereses conjugados, demasiada corrupción en las articulaciones de nuestros sistemas de justicia. Demasiados “demasiados”. De pronto el comentario es sobre aquellos que en México se pronuncian a favor de la legalización de las drogas; entre ellos Porfirio Muñoz, Ledo, Julieta Venegas y lo más sorprendente el ideólogo de “Vive sin Drogas” Ricardo Salinas Pliego y mi cabeza entonces hace corto circuito, ¿cómo, de qué se trata?; ahora todo el aparato de manipulación de opinión pública seguramente va a trabajar para que esto se fortalezca como un frente consolidado de la opinión que llamarán genuinamente “pública”.
Me digo que vivo en un planeta de incongruencias y estoy de acuerdo en que se vale cambiar de opinión pero dar estos bandazos no entra todavía en mis escalas de aceptación. Una cosa es que la gente decida o no fumar mota y tomar hasta embrutecerse o inyectarse o consumir una de tantas drogas duras que dicen hay circulando y otra cosa es que el Estado, los medios y demás poderes del mismo y de la sociedad, sólo por tener el poder, manipulen opiniones y creen un escenario de aceptación que no existe. Un escenario que lleva al deterioro del ser humano en más un sentido. Quién en su sano juicio puede decir que las drogas favorecen la positiva evolución de alguien. Quién conoce un ex adicto que diga que quiere volver a estar “ahí”, en la dependencia, en ese saco sin fondo en el que se encuentra cualquiera cuando la necesidad de consumir lleva al robo, a la prostitución, al crimen y en la mayoría de los casos a poner en peligro la vida.
Entiendo que puede haber uno y mil motivos por los cuales alguien se acerca al consumo de drogas. Entiendo que puede ser inquietante, interesante y sentirse una gran curiosidad por experimentarlas. Entiendo que hay momentos en que se puede uno sentir tan abrumado que ése puede ser un escape similar al del alcohol y que como ésa hay muchas decisiones que el ser humano hace a lo largo de sus vidas y que muchos pasan por estos momentos como una etapa más de su vida sin que necesariamente los consuma su propio consumo. Pero es inquietante que estas personalidades- Porfirio y Salinas Pliego se pronuncien a favor de su legalización.
Me pregunto si visualizan el país una vez que se aprobara. Qué tendríamos: gente legalmente “pasada” en cualquier lado a cualquier hora. Justificaciones para sus crímenes por estar bajo los efectos de una sustancia cuyo consumo es legal. ¿Cuáles son las implicaciones sociales al interior de las familias? ¿Se imaginan a los hijos diciéndoles a los papás que lo que hacen es “perfectamente aceptado”? ¿Qué no tenemos bastante deterioro en estos momentos? ¿Acaso podemos con lo que ahora enfrentamos con una sociedad aparentemente sana? Mi única respuesta es que la gran mayoría de los que mueven los hilos de este país es una bola de farsantes. Una bola de payasos que en busca de mantener, acrecentar y extender su poder no ven más que el beneficio personal y de sus más allegados. Seguramente que no saben lo que es vivir con un adicto como parte de la familia, o no les han secuestrado a nadie o mucho menos han sufrido la pérdida de algún ser querido en fuegos cruzados, asaltos u otros crimen que ahora es pan de todos los días. O seguramente yo –por alguna oscura razón- no logro ver el beneficio de la legalización de este tan fructífero negocios de algunos.
Me quiero regresar a mi libreta, a mi página en blanco, escribir una historia que tenga globos y serpentinas, columpios, perros, cerros sin casas de interés residencial, calles con niños que no temen ir y venir caminando de su escuela a la casa. Me quiero regresar ahí pero no creo que se pueda, por eso mi cerebro busca teorías, ideas que le ayuden a adaptarse porque una vez que alguien ha soltado públicamente estas ideas, no pasará mucho tiempo para que estén siendo discutidas en el Congreso, 15 minutos antes de que los diputados tomen sus merecidas vacaciones de semana santa.

martosa898@hotmail.com
http://trazoytrama.blogspot.com

martes, 23 de marzo de 2010

NOCHE Y SUEÑOS

Noche y sueños

Amor irreconciliable que deja rastro fuera de mis sentidos. Un momento perdido en la memoria, vivo en la piel y en su trazo irrepetible.
Diferente, equivocada, similar: coincidentes, divergentes, estridentes que la psicología moderna nos ha hecho catalogables y predecibles.
Tus ojos dibujan una mirada en un mundo que conozco por tu sonrisa.
Abismo sincero. Vida. Trabajo. Conversación y sorpresa. Rollo y vida. Luna y luz. Nudo y llanto. Movimiento. Un deseo. Lila y rosa. Peces y lirios. Ranas y príncipes. Elefantes y rinos. Morsa, foca y ballena hermanas del volumen, del peso que se hace ligero en agua tibia. Hermanas de la corriente y de la marea. De lo que dice tu alma por los labios y que no dicen ésos, los míos y que de todos modos entiendes.
De una espalda desnuda y de una pierna fuera de las sábanas. Un ruido oscuro y lejano con olor a flor de noche de mayo y madrugada y grillo neurótico que la tortura con sus horas; desliz de las hojas sobre el aire.
Te habito en mis sueños, Forma y color tomas a partir de la decisión de estas noches vastas de tiempo, de ventanas abiertas con estrellas distantes anuladas por la luz de la ciudad, la de los motores y escapes.
Una espalda desnuda, la pierna bajo las sábanas, una luz que deslumbra, El aire que vino con la noche. La oscuridad que me trae de vuelta eso que consagra rutinas y explicaciones, que prevé para romper.
¿De qué estamos hechos? Yo de ti un poco, de mis hijos y de mis tres amigos. De lo que tu mente ahora repasa. Y soy un tren que no se detuvo durante el verano.
Soy una parte de melancolía añorada y alegría futura. Soy la que me gustaría ser y mi imposibilidad para lograrlo. Soy una provinciana multicultural: vieja joven transvanguardista con momentos eternamente estudiantiles.
Soy tú cuando dices eso que prende una luz en mis huecos y muy yo cuando desacuerdo con tus etiquetas. Soy yo nuevamente cuando te contradices y no lo percibes.
Me convierto en mi madre cuando tiendo la cama. En mi padre cuando apilo libros en un buró. De nuevo yo cuando juego a no serlo, reconquistándome de mi circunstancia, de este momento glorioso que da las condiciones para graduarme en la abnegación femenina, la que detesto abiertamente pero que deseo en una mínima dosis para disimular la inconformidad.
Te quedas; yo quiero irme. Convertirme en chófer de autobús sin pasaje, Ir por fotos y regresar con lo 10 rollos llenos de almas que encuentre en la carretera. La de la señora de la miscelánea, la del mecánico de esa zona rural, la del niño que vende serpientes raquíticas; la de muchos árboles que inundan de verde todo a su paso. De troncos dramáticos y caminos infinitamente rectos que llevan a más aridez.
Voy a ir a recoger y a robarme en mis fotos esos espíritus tristes que penetran la tierra color polvo y terrón, talco y roca. Voy a traer sus tristeza, el hambre de sus ojos y sus pies desnudos para que se les olvide un rato que están bajo esos soles tan largos.
Pero también me quiero traer su fuerza, la que todos los días los levanta del petate con sus gallos y sus perros escandalosos. Me voy a robar su gusto por la compañía y la visita. Su añoranza por la conversación y el color de sus paredes que contrastan con los tonos pálidos de su geografía. Ésa que algunos aborrecen porque no le deja camino a la imaginación con sus límites y fronteras. A ellos les voy a traer unas fotos de cerros azules, de norias resecas, de veredas comunes y calles de tierra para que le agarren gusto a la geografía., a los surcos en donde debiera correr agua, y el aironazo en esos llanos que les deja el semblante y los ombligos polveados. La foto de un país que me duele cuando me acuerdo que está ahí.
Esto ocurre en la mende durante la noche; una noche bella que aunque no mire la reconozco y la disfruto cuando sé que está ahí, De quien me he vuelto amiga cuando duermo bien y su protegida cuando el sueño me lleva de ojos abiertos; admiradora de sus horas tempranas y a quien espero todos los días como medicina, descanso y misterio.

viernes, 19 de marzo de 2010

“Sostener una espiga de cereal en las manos

y recordar que la vida sigue siendo fructífera

en un mundo que está continuamente penetrado

por todas las formas de muerte”.

Anónimo

SABIDURÍA



Esta mañana mientras iba de una oficina a otra escuché en algún noticiero algo sobre la responsabilidad de los gobiernos para ocuparse de los desechos tóxicos y no tóxicos (al final si no se confinan de manera adecuada todos son foco de contaminación) y mi mente, ya saben, voló. Pensé en esta ciudad, en este país, en este mundo como si fuera mi casa. Recordé que esta misma mañana más temprano llamó mi atención unas bolsas de basura ya rotas y dispersas por la banqueta que seguramente el empleado de la basura no vio o que el vecino sacó una vez que el camión había pasado. Y mientras me conversaba con mi mente. visualicé mis calles, mi comunidad y mi CP como una responsabilidad compartida pero como una responsabilidad que emana del que produce la basura que ilusamente colocamos en bolsas negras, blancas o de algún súper, esperando que al desaparecer de la vista o del horizonte doméstico o industrial, desaparecerá también del planeta y por lo mismo sin producir daño alguno. Nos gusta esa ingenuidad en casos como éste. Nos gusta pensar que podemos usar todos los pañales desechables, las bolsas que contienen jugos, refrescos o aguas frescas “para llevar” sin ninguna consecuencia más que nuestra propia limpieza o digestión. Nos sentimos fuera de la cadena en donde somos uno de los eslabones más importantes de la producción y confinamiento de desechos de variedades inusitadas. Me imaginé proponiendo a la industria y a la empresa darse a la tarea de procesar sustentablemente sus propias escorias, idear sistemas que reciclen, re-usen o reduzcan; pero de inmediato los vi diciendo que sí pero haciendo las artimañas necesarias para aparentar que se hace con tal de no recibir multas o castigos administrativos o judiciales. Finalmente rediseñar sus sistemas cuesta y mucho. “Vi” los procedimientos que el gobierno utilizaría para verificar y supervisar que la norma se acatara y no solamente se aceptara de palabra, y me dí cuenta de que esos sistemas estaban conformados por empleados que ganan tres pesos, que tienen nula consciencia ecológica y lo que buscan es elevar el ingreso mensual sin importar a costa de qué se obtiene. Y no creo que porque seamos esa raza en cuyas entrañas habita la maldad de la mano de la facultad del raciocino, o porque por generaciones el más listo también ha sido el menos generoso o porque el menos favorecido también ha sido el más flojo, o porque el menos capaz es también el menos interesado. Factores, hay todos. Pero la idea de ver la ciudad o cuando menos la colonia en donde una vive como propia, y adecuar ese pensamiento a lo que de nuestras casas sale a la calle y a los servicios públicos de los que todos nos servimos y alimentamos, me pareció una idea sencilla que cada quien puede adaptar según los usos y costumbres de individuos y familias. Separar la basura, comprimirla, clasificarla y hasta limpiarla podría mejorar la vida hasta de los pepenadotes, quienes sobreviven y algunos hasta se enriquecen, pero que seguramente más que afectar esta cadena podríamos modificarla y enriquecerla. Hace días se hizo el intento de que el sistema educativo público de nuestra ciudad tomara cartas en el asunto colaborando en programas que ayudarían a niños y padres de familia a educarse en este rubro, pero los lidercillos –que siempre hay uno por ahí- bloquearon el proyecto y se quedó el plan en un sueño con buenas intenciones. Seguramente dieron buenas excusas y buenas razones. Y así son muchas cosas en este país. “Las ganas o la voluntad” –como dicen los políticos- existe. Pero existen con ello demasiados intereses que ven en todo esto la forma de secuestrar el bienestar de la comunidad buscando puestecillos y algo de poder. Y así será hasta que lo permitamos o alguien con mucha sabiduría ponga un hasta aquí, lo cual como lo vemos desde el lado ciudadano: urge. Necesitamos ese alto en tantos lados que amerita una columna por cada uno de ellos. Digamos nada más que no es un alto autoritario pero es un alto que debe venir de la autoridad porque la ciudadanía le ha dado esa facultad y porque es quien tiene los recursos logísticos para llevarlo con la civilidad que todo asunto ciudadano requiere. En fin, eso procesé de una oficina a otra; de un lado a otro de la ciudad soñé mientras manejaba que san Luis podría verse como nuestra casa, cuando menos como la mía, cuando menos limpia.

martes, 9 de marzo de 2010

ALMA, PLANETA, UNIVERSO

ALMA, PLANETA, UNIVERSO…

Qué difícil ponerse en los zapatos ajenos…hasta no experimentar en carne propia puede uno entender las emociones, el dolor o la alegría de otros. Esto porque ayer me descompuse…mis circuitos digestivos se congestionaron en algo que pudo haber sido una infección, pero como les decimos a los niños “ya pasó, ya pasó”. El cuerpo y uno mismo es una cosa maravillosa pero en realidad no encuentro las palabras que puedan definir lo que me parece esta conexión que tenemos entre nuestras funciones de vida y las vibraciones del espíritu que en momentos bloquean nuestros conductos de vida provocándonos trastornos que no explicamos y no le vemos relación con lo que o bien comimos o experimentamos. Será que no alcanzamos a entender todavía esa máxima que alude a conocernos cada vez mejor a nosotros mismos. Yo desde hace unas dos semanas tengo un bloqueo entre mis lágrimas y el alucine de perder un hermano. Siento que es una emoción que mi cuerpo rechaza que mi mente no digiere y que por tal, mi estómago se afecta hasta que las lágrimas no expresadas enferman el cuerpo hasta dejarme un poco más que inútil. Sólo entonces ese dolor proveniente del alma que se convierte en un dolor físico permite que el llanto brote y mis lloros encuentren su camino de salida por estos lagrimales que ahora están más que húmedos. Nuestras falsas defensas más que protegernos confabulan y se organizan para mostrarnos nuestra debilidad, nuestro desasosiego por las faltas que experimentamos cuando alguien tan querido deja de respirar. Este organismo que muchos contemplan como templo del Espíritu Santo, éste tan bien sincronizado cuerpo, esta entidad que tiene tres personas distintas en una misma, pasa por espasmos de conflicto que sólo pocos pueden explicar y o entender por más que busquemos las razones o utilicemos metáforas electrónicas para describir esta más que máquina que alberga nuestras vidas, ajenas casi, a nuestra voluntad o a nuestra consciencia. Quizá por ello cuando uno tiene más de cuatro o cinco décadas brincoteando sobre el planeta y de aquí para allá, recurren los pensamientos sobre la trascendencia de la vida, la meditación y la relación entre mente, cuerpo y alma. Me dan ganas de uno de esos retiros de silencio en donde en otros tiempos encontré de todo menos eso; pero que en su momento puedo contarlos como los episodios más reconfortantes y hasta divertidos de mi vida. Quizá por la guía, quizá por la compañía y también por la circunstancia. A veces creo que tan sólo somos eso, una circunstancia que manipulamos entre todos, con nuestras interacciones, nuestras actitudes, nuestras decisiones. Ésa vínculo que muchos utilizan para demostrar que el deterioro del planeta de debe a eso a la forma de plantarnos en el mundo y ante los demás. Pensando además, que el planeta es algo lejano, producto de la ficción, o tema del Discovery Channel. Bajo esa premisa en lugar de levantar áreas verdes, levantamos fraccionamientos en zonas que ingenuamente creemos no son necesarias para el equilibrio ecológico, imponiendo estilos de vida y nuevas costumbres para nuevas ganancias de quienes conciben y llevan a la práctica tan fabulosas ideas de progreso y desarrollo vial o de vivienda. Tapamos los lagrimales de la tierra hasta que esta agua se convierte en diluvios que escurren sin encontrar cerros o llanos que los puedan aprovechar. La tierra llora, se inquieta y estalla porque le duele lo que le hacemos, le duele que asesinemos sus matorrales, sus malezas, la maraña de cactáceas y plantas de nombre desconocido por común que es en el malentendido de que no sirven para nada. Este es el antecedente de cambiar el paisaje de esta ciudad con sus cerros cercando la vista, por hermosísimo – porque lo son- horizontes de arquitectura vanguardista. Y si bien esto pareciera un ataque para quienes han creído que esto es lo que una población necesitamos, quisiera que pudiera ser una cosquilla que los empiece a inquietar y apliquen su creatividad y recursos para formar verdaderos espacios de convivencia, pues está por demás decir en qué se convierten muchas de estas ideas: muros con graffiti, gente apilada como en caja de galletas, concreto y cemento formando un horizonte gris y plano. Me gustaría pensar que somos más que esta circunstancia y que somos capaces de mantener los canales de nuestro planeta limpios, para que la vida que fluye en ellos siga corriendo y no nos provoque las catástrofes que nos hemos acostumbrado a ver últimamente. Vamos conociendo mejor nuestro planeta quizás nos ayude a conocernos un poco más a nosotros mismo. Martosa898@hotmail.com. http://trazoytrama.blogspot.com

martes, 2 de marzo de 2010

FACHADAS

But if you decide to disappear
Disappear without a trace of you
Fachadas

No me despiertes. No hasta que los sueños se queden pegados en tus palmas y puedas traerlos contigo de vuelta. Quiero que tus ojos sigan volando detrás de personajes absurdos e inexistentes que ves cuando crees dormir y así las fantasías nacidas en tu frente se proyecten en ese espacio negro, escapando lejos de la puerta de las experiencias. Quédate conmigo soñando hasta que el desconcierto producido por el retozo con seres alados y animales fabulosos que ríen y hablan, se cuelen en cada rincón de tus pensamientos y con ellos en tus huesos puedas resistir un mundo que sin sentido del humor ha negado las bromas de la Edad Media en torno a su redondez. Sobre esas cejas niñas dibuja un mundo cuadrado. Por sus bordes de ángulo recto desbarranca risas, elefantes y bicicletas. Así déjalos caer en una laguna de oxígeno azul que los irá inflando hasta llegar a las estepas de un espacio infinito convertido en universo. Sueña que sueñas con las hermanas de los duendes mientras en susurros te revelan sus nombres, esos secretos que permiten deshilar la paja tejiendo oro mientras murmuras canciones de cuna en una torre cercana a las estrellas. Sueña dormida que despiertas y cantas tus sueños en un foro lleno de lluvia invertida que compite con las fuentes dejando las nubes mojadas. Vuela sobre las habitaciones de tu casa buscando recuerdos que nadie olvida porque están en la memoria colectiva que la humanidad ha estado construyendo desde que abandonó el arca del diluvio. Quizá con ellos en tus dedos puedas recobrar la ingenuidad con que fuimos creados eliminando de nuestro genoma el raciocinio y la lógica que nos han convertido en un sistema y no en un reino. Y mientras escalas Babel y su torre, pon tu marca en sus muros, en cada piso, en cada lengua. Vuelca en ella sonidos y colores infantiles y limpios que alejen el peligro que nos dicen que corremos los que habitamos la modernidad y sus colonias. Demuestra que tu graffiti no es acoso ni asechanza sino grito de auxilio ante el ahogo que produce el concreto y las unidades habitacionales. Regresa con un pliego autorizado para el recreo y el mar abierto. Sueña que nos regresan los mares limpios, los niños en las calles, la gente con sus vecinos y la vida como en una pausa que sin detener permite, aprueba, asiente. Eres una hermana, una hija, una madre o más que todo: una mujer. Conserva la utopía en tus proyectos mientras sueñas y te vuelves polvo que habrá de volver al camino. Pero antes de regresarr y dejar de soñar, recita mantras, produce besos, encuentra coincidencias y cuando ya no puedas más vuelve por mí mientras sueñas que usas una capa invisible, perdida entre las sábanas con las que otros han tapado tu cara hace minutos cuando dejaste de regalarnos tu aliento.